Yaki udon, tempura moriawase, maguro tataki, mekajiki maki, kari-kari maki, maguro nigiri y sake nigiri. Atún y salmón. Salmón y atún. Y gamba, pimiento, fideos, pulpo, pez espada… Y salmón y atún.

Ayer por fin me decidí a zanjar una de esas cuestiones pendientes que me rondaban por la cabeza desde hacía ya tiempo, una que se había convertido en un run-run constante, pero que por motivos muy diversos se iba retrasando sin tomar medidas contundentes. Pero, insisto, ayer cayó: fuimos a comer al Sushi Bar Minato Lanzarote con la idea de experimentar cómo se mezcla la comida japonesa con los vinos de nuestra isla.

Y se mezcla bien. Bueno, más que bien.

Mérito, como ahora veremos, de los espectaculares vinos blancos lanzaroteños, que sirven para un roto y para un descosido. Pero mérito también de la calidad enorme, de la elaboración concienzuda y de la presentación en plato exquisita que el equipazo de este restaurante de Puerto Calero sirve a sus mesas. El Sushi Bar Minato es una apuesta firme y atrevida por la comida tradicional de Japón combinada con lo mejor de nuestra isla. Ojalá ganen la apuesta, se consoliden y sean un referente. Se lo merecen.

La primera sorpresa, la gran sorpresa del día, me la dio el Bermejo Diego Seco 2012, de Bodegas Los Bermejos. En su momento hablé del Bermejo malvasía fermentado en barrica, excepcional, pero en aquella ocasión lo probé en Famara con platazos de la gastronomía local cocinados a la manera conejera.

Esta vez la experiencia fue diferente, pero la sorpresa no menos impactante: el Diego Seco 2012 es perfecto para
realzar las propiedades de la comida japonesa sin que se anulen mutuamente. Menos fruta, similar de flor y más hierba, creo que hacen más idónea la elección de diego por encima de malvasía.

La bodega lo define así: “Abundantes notas de jazmín, anís y hierba. Carnoso, glicérico y con la frescura que le aporta su gran acidez”.

Diego Seco 2012, de Bodegas Los Bermejos, Lanzarote, vino perfecto para combinar con la comida japonesa
Pero también probamos malvasía, que no se diga. Esta vez tocó Malvasía Seco 2012 de Bodegas Stratvs. La todopoderosa malvasía volcánica contada así por sus productores: “Fruta tropical (maracuyá), algo de piña, hinojo, flores blancas, notas cítricas (sobre todo piel de lima), notas cremosas. Fondos limpios y elegantes. Fresco, ataque frutal muy varietal, largo”.

Un gran vino también, válido para este tipo de combinación, aunque insisto en que, en mi opinión, la mezcla más acertada entre makis, nigiris, sashimis y vinos de Lanzarote es con diego. Cuestión de gustos…

Así que ¡asignatura aprobada! Para mí, que me sacudí el run-run, y para nuestros vinos, que están a la altura cuando se les pone a prueba con toques gastronómicos diferentes.

Me fui con pena de no haber podido probar el “Chacho maki”, un invento de estos genios a base de cherne y que no siempre está disponible. Pero así me dejo una excusa para repetir, porque a los sitios que merecen la pena no hay que darles la espalda.

P.D.: Para quien se pierda entre tanta palabreja del extremo oriente, aquí dejo una parte de la carta del Minato (muy bonita, por cierto) en donde queda todo negro sobre blanco. Disfruten

 

Fuente: https://adelatorrer.com/2013/07/07/sake-maguro-diego-malvasia-japon-lanzarote/

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